Este edificio a caballo entre el barroco final y el neoclasicismo es uno de los pocos palacios del siglo XVIII de la ciudad de Barcelona. Ubicado al principio de las Ramblas actualmente está acondicionado como sala de exposiciones. En 1776, Manuel de Amat, marqués de Castellbell y virrey en el Perú, volvió a Barcelona, su ciudad natal, con una gran fortuna. Fue edificado entre 1772-1778 y es que desde Perú el virrey, que tenía ínfulas de arquitecto, había enviado a Josep Ausich unos diseños de como tenía que ser su residencia. Este último las adaptó para que cuando llegara el mandatario el edificio estuviera en marcha. Decir que el edificio se llama "de la virreina" porque el magnate murió rápidamente al llegar a Barcelona y quien disfrutó de tan hermoso edificio fue su esposa María Francesca de Fiveller y de Bru. También intervino el escultor Carles Grau en la parte escultórica exterior e interior.
Nos encontramos ante una fachada simétrica en concepto, con cinco niveles: un primero que hace de gigantesco zócalo de un orden gigante en forma de pilastras jónicas que enmarcan el piso noble y un tercer piso. Por encima hay unos óculos donde se halla la buhardilla o planta del servicio y queda todo rematado con una balaustrada decorada con jarrones. Los balcones tienen una hermosa forja. La puerta de acceso es amplia para dar paso a los carruajes. En el vestíbulo una doble escalinata con arcos rampantes y estereotómicos da acceso al piso principal además de abrirse a un patio simétrico de estilo francés con decoraciones académicas de tipo militar que presagiaban el anuncio del neoclasicismo en las nuevas modas de finales del siglo XVIII.